Cómo elegir las zapatillas deportivas correctas y prevenir lesiones

Escoger el calzado adecuado es la primera línea de defensa contra lesiones como fascitis plantar, tendinitis de Aquiles, esguinces de tobillo y dolor de rodilla. A continuación encontrarás una guía práctica—respaldada por la experiencia clínica del Centro de Especialidades Ortopédicas (CEO)—para que tu próxima compra sea una inversión en salud y rendimiento.

1. Analiza tu tipo de pisada

– Pronador (giro hacia dentro)

– Supinador (giro hacia fuera)

– Neutro

Una prueba de huella en tienda o la valoración de un fisioterapeuta te indicará el soporte que necesitas.

2. Prioriza el soporte estructural

El upper y el contrafuerte del talón deben sostener el tobillo sin rigidez excesiva. Para trekking o trail elige modelos con caña media o suela más ancha para mayor estabilidad.

3. Ajusta el drop a tu técnica

El drop (diferencia de altura entre talón y antepié):

– 8–12 mm: ideal para principiantes o corredores de talón.

– 4–8 mm: favorece la transición al antepié y reduce estrés en rodilla.

– 0–4 mm (minimalista): solo si posees técnica y fuerza de gemelos adecuada.

4. Elige la amortiguación correcta

– Entrenamiento diario: espuma reactiva + gel o aire para absorción.

– Competencia: compuestos ligeros de alta respuesta (placa de carbono, superfoams).

– Senderismo: entresuelas densas que atenúen impactos en descensos prolongados.

5. Considera la superficie

– Asfalto: suelas lisas con caucho resistente a la abrasión.

– Tierra o trail: tacos profundos y compuesto adherente.

– Gimnasio: suela plana y goma antideslizante para levantamiento y cambios laterales.

6. Ajuste y tallaje

Compra al final del día—cuando el pie está dilatado—y deja un espacio de un pulgar entre el dedo más largo y la puntera. Ajuste correcto = ausencia de fricción en arco y talón.

7. Reemplaza a tiempo

En promedio, las zapatillas pierden eficacia a los 600–800 km. Surcos lisos, arrugas en la media suela y dolor inusual son señales de recambio inmediato.

Señal de alerta

Si pese a un calzado adecuado experimentas dolor persistente, acude a una valoración con los especialistas del CEO. Una plantilla personalizada, terapia manual o programa de fortalecimiento pueden ser la solución definitiva.

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